Esta rodada me llevó naturalmente todo el día, primero tuve que atravesar todo Berlin de noreste a sudoeste, en general todo bien señalizado; es poco el tramo en que realmente se va en Autobahn (carretera), la mayoría del recorrido se tiene la impresión de ir siempre por la orilla de la ciudad.
El paso de Berlín a Potsdam es casi imperceptible en realidad, a no ser por el último puente que señala claramente que se está dejando Berlín y entrando ya a Potsdam. El clima estuvo como todo el tiempo, con intenso calor, alrededor de 38-40 grados, pocos ciclistas durante todo el recorrido, sólo en Potsdam se dejaron ver más de ellos.
Justo antes de llegar al puente tomé por un sendero para explorar un poco los caminos de terracería que se meten a suburbios muy bonitos a la orilla del río Havel.
Me vino muy bien ese pequeño desvío porque el camino estaba completamente a resguardo del sol por los árboles que rodean por completo la vereda que avanza justo a la orilla del río Havel, donde pude darme un chapuzón que me bajó lo suficiente la temperatura cuando ya sentía caliente hasta el cerebro -no es metáfora-.
Retomando el camino y ya con la temperatura vuelta a la normalidad, llegué al puente, donde pasan pequeños transbordadores turísticos, veleros y embarcaciones pequeñas de los residentes que pasean por el río.
La historia del puente
Y ya en Potsdam, rumbo al Parque Sanssouci.
Recomendaciones del turismo en bici en Potsdam.
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Estilo mexicano
Hace años, en otra vida, la primera vez que estuve en Potsdam , tomé un camión desde la estación de tren que recorre parte de la ciudad y atraviesa una puerta medieval que se encuentra ya muy cerca del parque Sanssouci, desde aquella ocasión, como le dije a quien me acompañaba, se me antojo hacer ese recorrido desde la Hauptbahnhof hasta el parque Sanssouci en bici, pero en realidad no me imaginé en aquel entonces que lo haría en bici desde Berlín.
Potsdam tiene algo que la hace especialmente agradable, sus calles tienen un toque de romanticismo y es una ciudad muy relajada, no hay prisa en sus calles. Esta ciudad fue la preferida del Kaiser Friedrich II, más conoció como Federico II, el Grande.
Holländisches Viertel (Barrio Holandés)
En esta ciudad Federico II construyó en 1747 una residencia de descanso que lleva por nombre Sanssouci, del francés san-souci, sin preocupaciones; se cuenta que una ocasión en que estaba cazando, llegó a esas colinas y le impresionó la vista que había de la ciudad desde ellas, por lo que primero puso unos viveros en forma de terrazas que se mantienen hasta la fecha y posteriormente construyó el palacio de estilo Rococó.
Sanssouci Schloss
Alrededor de este palacio Sanssouci se fueron construyendo otras cosas, como los Römische Bäder (baños romanos) y la Chinesisches Teehaus (casa china del Té), a los que se llega paseando por las veredas que los unen y que en conjunto constituyen todo lo que hoy es el parque Sanssouci con el Neues Palais incluido.
Römische Bäder
Chinesisches Teehaus
Después de comer en un excelente lugar y tomar una excelente cerveza regional, las pilas estaban cargadas para volver a pedalear de regreso a Berlín.
Por fin, en esta ocasión, después de tres visitas, pude entrar al Palacio de Sanssouci, es tan grande y agradable el parque que siempre se me iba el día entero en otras cosas. Simplemente el Neues Palais demanda mucho tiempo pero vale muy bien entrar a él. Fue construido después de la guerra de los 30 años contra Francia. Ese palacio prácticamente consumió mi día el invierno del 2010, por lo que se me volvía a cebar el de Sanssouci, me juré volver, como la primera ocasión, y como no hay mal que dure cien años y cierta terquedad me ayudó, pues volví por tercera vez y conseguí finalmente entrar al Sanssouci. Potsdam siempre invita a volver una vez más.
Siguiente rodada: Visita a Carolin König en München y de München al bello Starnberg.
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