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lunes, 2 de febrero de 2009

Rodada nocturna al volcán Tehutli.


Los bicitantes se unieron en esta ocasión a una caravana sonora propuesta por un grupo de aficionados al reggae que idearon celebrar así el inicio del Año Internacional de la Astronomía.

La meta era el cráter del Tehutli. El Tehutli (náhuatl: El dios ), también conocido como Teuctzin (señor) es un volcán extinto del tipo hawaiano y de formación tipo escudo —lo que quiere decir que su diámetro es mucho mayor a su altura—. Se localiza en el sur del Distrito Federal, (México), y alcanza una altura de 2710 metros, sirviendo como limite geográfico de las delegaciones Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco.

Hace 400 años Galileo Galilei observó las estrellas por primera vez, por eso este año se celebra internacionalmente a la astronomía; sin embargo es de suma importancia recordar que mucho antes que Galileo, los meschicas y sobre todo los mayas observaban ya y estudiaban las estrellas, al punto que podían sembrar y cosechar basados en esos estudios y podían incluso predecir eclipses, el solsticio y el equinoccio, así que decir que hace 400 años se hizo la primera observación de los astros es incorrecto, en todo caso es válido para los europeos que más bien llegaron mucho después que los mayas y mexicas a este estdio .

Salimos de Cuemanco en periférico sur y de inmediato estábamos ya rodando al lado del canal de canotaje con una agradable vista de las lucecitas que se reflejaban en el agua. Posteriormente atravesamos en chinampa un canal pagando la onerosa cantidad de ¡un peso por persona!

Vino luego una hermosa callejoneada por el pueblo hasta que llegamos al centro de Xochimilco. De la plaza central, donde se encuentra la iglesia, tomamos por unas callecitas que nos condujeron por todo lo largo de los canales, pasando justo enfrente de uno de los embarcaderos más importantes de la zona. El tráfico estaba literalmente detenido, parece que todo mundo salía de la ciudad por esos rumbos debido al puente. Una vez más pudimos comprobar gustosos que la bici resulta el mejor transporte en calles con tráfico que colapsa; así que nosotros pasamos como ibamos entre los carros que sólo nos miraban con curiosidad y con envidia.

Poco después estábamos ya a la altura de San Gregorio, lugar conocido por la cantidad de puestos que a la orilla de la calle principal, la que va hacia San Pedro Atócpan, que venden deliciosas nieves de todos los sabores: chicharrón, tequila, pétalos de rosa, etc; de inmediato pedaléabamos ya sobre la carretera que nos recibió con una mega subida que le quitó el buen impulso a más de cinco. Aquí la cosa se puso un poco fea debido al estrés, pues circulábamos justo sobre el carril en una carretera de doble sentido, es decir con sólo un carril de ida y uno de vuelta además de contar con acotamiento, por lo que los autos y autobuses pasaban a escasos ¡centímetros! de nuestras bicis. No pasó mucho tiempo antes de que nuestros nuevos amigos comenzaran a sentir los estragos del pedaleo en pendientes prolongadas con bicis cargadas de sleepings, casas de campaña, equipos de sonido con bocinas gigantes y hasta con asta bandera. Los reagrupamientos fueron constantes en esta área para que nadie se quedara atrás aislado.

Unos pocos kilómetros antes de llegar a San Pedro Atócpan tomamos una desviación que por una terracería que ascendía llevaba en dirección del Tehutli; en este momento el frío pegaba fuerte. Después de la última parada para aprovisionarnos de víveres dimos lo que creímos era el último jalón, pero resulta que faltaba lo más demadante de todo el viaje. Rodamos entre nopales en lo que es una zona protegida, lo que bien se podría decir unos verdaderos viveros de nopales y al final del ascenso asfaltado nuestros amigos reggeatones decidieron hacer una prolongada parada para tomar fuerzas para la última pendiente, sólo ellos sabían lo que nos esperaba; entre tanto Miss Laurita de bicitekas, Sandy y yo de Bicitantes, nos congelábamos esperándolos unos metros más arriba donde Ehecátl pegaba duro y sin piedad. Luego de insistentes llamados por radio a Jorge preguntándole, diciéndole, suplicándole y finalmente exigiéndole que convenciera al grupo de reanudar la marcha para no enfriarnos demasiado (más), empezaron a moverse; hubo un momento en que creímos que la fiesta había comenzado sin nosotros allá abajo.

Cuando llegamos a la subida final nos encontramos con una sinuosa, arenosa, gravosa y empinadísima vereda que nos hizo dar a todos un paso hacia adelante y un resbalón de varios pasos hacia atrás. En esta parte la mayoría de nosostros se fue al suelo con todo y bici. Kener lidereaba la serpiente humana que hacía esfuerzos en momentos vanos por reptar a la cima, le seguía yo, después Miss Laurita y Sandy, mas abajo Meztli, Jorge, el otro Jorge, Noemí, Hugo y Humberto. Mientras Kener se acercaba a una cima que nada más no acabábamos de ver, escuchaba los gritos de Miss Laurita que se había quedado bastante atrás: "¡ya no puedo en verdad, o sube la bici o subo yo!", luego Jorge González: "Laloooo, ¿ya llegaasteee?", y yo que gritaba: ¡"noooo"! después que yo mismo le había hecho la misma grito-pregunta a Kener recibiéndo la misma grito-respuesta. Hacia abajo veía pequeñas lucecitas en movimiento internitente que me anunciaban cabezas luchando con el equilibrio entre cascos y bicics. Por fin Kener llegó; eso me dió ánimos para apresurar el paso sobre la grava -es un decir, era en verdad un epiléptico pataleo digno de un niño de un año que apenas está aprendiendo a caminar- para esas alturas el cansancio era ya insoportable y el frío otro tanto.

Al fin llegué y cuando miré hacia abajo comprendí que lo difícil sería el descenso; entre tanto Kener había dejado su bici y había regresado para ayudar a Miss Laurita con la suya; yo hice lo mismo para bajar por la de Sandy, pero a menos de cinco metros vino el primer resbalón, luego un segundo resbalón y un tercero; eso era ¡sin bici! ¿cómo íbamos a hacer para bajar con mochilas y bicis que cargaban a su vez casas de campañas y sleepings?: de sentón jalando las bicis, no había de otra. Pensé entonces que era mejor que acampáramos abajo, justo antes de esa área, por lo que me regresé arriba por mi bici mientras le decía a Sandy que no continuara con el ascenso y comencé a bajar de nuevo con mi bici y mi mochila a la espalda: adivinaron: más resbalones. Kener sabiamente me hizo ver que podría ser inseguro acampar allá abajo debido a que podría subir "gente" pues en esa área se veían botellas de cerveza por todos lados, lo que indicaba que era "zona de fiesta"; entonces... volví a subir con mi bici (¡carajo!). Finalmente auxilié a Sandy con su cleta y logramos todos la tan ansiada lomita (aún faltaba lo que sí era el útlimo jalón para llegar hasta el cráter). Descansamos ahí e hidratamos, bueno, vale decirlo así si el tequila y el anís son un líquido.

Ya en el borde del cráter buscamos la parte más planita para montar nuestras casas y en poco tiempo estaban puestas junto con el equipo de sonido.

Las estrellas y algunas constelaciones como Orion se veían bastante bien, comezó la fiesta mientras el frío arreciaba y era combatido con igual furia por tragos de tequila y de anís. Todavía llegaron algunos amigos más de los reggeatones: el Dr. Wagner con su novia, Rais y otros cuyos nombres mi memoria no ha podido retener.

A las 2:00 am me venció el cansancio y el sueño por lo que me metí a mi casa a dormir, desgraciadamente el sueño fué interrumpido por la caída del Dr. Wagner sobre la tienda y luego por la caída de la bici con el asta bandera que por suerte no lastimó a nadie. La madrugada se fue quedando silenciosa excepto por la charla del Dr. Wagner que logró arrancarnos sonoras carcajadas con sus ocuerrencias al resto de nosotros. Al rededor de las 4:30 am logré por fin quedarme dormido. Los demás dormían también a juzgar por el silencio.

Desperté a las 8:00 am y dí una pequeña caminata por el borde del cráter y la orilla del volcán que ofrecía una panorámica vista de Tulyehualco, Milpa Alta, Xochimilco, Chalco, San Gregorio y San Pedro Atócpan. Desayunamos y alistamos el regreso.

La temida bajada resultó ser mucho más inofensiva de lo que había parecido una noche atrás, quizá el casancio alteró nuestro juicio, de todos modos hubo resbalones.

Ahora descendimos por la otra parte del volcán. Vinieron las vereditas, luego empedrados y una gran bajada a lo largo de todo el monte atravesando pueblitos hasta llegar a la carrtera que comunica con Xochimilco. Bicitamos los clásicos canales xochimilcas y una extesa área con peqeños y no tan pequeños lagos, luego un sendero entre canales por un lado y zona boscosa por el otro, donde Meztli parecía perder todas las fuerzas y el agotamiento no se escondía en su rostro, sin embargp continuó junto con los demás hasta que llegamos a la altura de Cuemanco nuevamente para despedirnos y rodar cada quien hasta su casa.

Un total de 60 kms recorridos y una altura de 2,710 msnm.

Muchas gracias a todos los reggeatones por su invitación y su amable y agradable compañía.
¡Objetivo cumplido!







1 comentario:

Caravana Sonora dijo...

no somos reggaetones, sin falla solo nos gusta el reggae men, aclarando nomas....el que ascendio primero fue hugo Gandi, y Kener fue el tercero en subir, por lo demas Asi fue, muchos saludos. Bicirevoluzion
CARAVANA SONORA.
Los esperamos las siguientes rodadas.
Cheken el VIdeo.
http://www.myspace.com/reggaeambulante