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martes, 19 de abril de 2011

Sierra Potosina. Axtla de Terrazas

Este fin de semana hice un viaje relámpago a la sierra potosina. Visité un agradable pueblo llamado Axtla de Terrazas, lugar con nombre de procedencia náhuatl, Axtla es una declinación de Aztlán Aztatlán (Lugar de las garzas blancas), que fue el lugar del que partieron los aztecas en busca de Meshico-Tenochtitlan. Axtla se encuentra al norte de San Luis Potosí y a media hora de Tamazunchale, en medio de la sierra potosina.

Llegué por autobús después de 9 hrs de viaje, 5 de las cuales son a través de una peligrosa carretera con curvas continuas que bordean al precipicio. La zona se distingue por el fuerte calor que hace; unos días antes de que llegara el termómetro llegó a 50ºC, afortunadamente para mi arribo la madrugada del sábado llovía y todo el día fue de poco calor por lo que pude disfrutar mejor de la fiesta de 15 años a la que fui invitado.

Al siguiente día tuvo lugar la tornafiesta, que es como la tornaboda, o sea, fiesta después de la fiesta. Se sirvió entre otras cosas zacahuil, que es un tamal gigante típico de la región que llega a tener el tamaño de un niño de entre 8 y 10 años de edad. El tamal lleva de las tres carnes (pollo, res y cerdo) maza y chile.

A media hora de ahí se encuentra Xilitla, que es conocida por sus cascadas y sus pozas naturales de las que quedó encantado Sir Edward James, un millonario excéntrico inglés que visitó México y decidió hacer de Xilitla su hogar, por lo que construyó una casa literalmente de ensueño inspirada en los cuadros de Remedios Varo, de quien era amigo. Sir Edward James fue además mecenas de Dalí y posó como modelo para un cuadro de René Magritte (Reproducción imposible)

A la comida de la torna fiesta en Axtla llegué en bici, ¡por supuesto!, con una bici de uno de mis tíos que viven ahí. Hice exactamente el mismo tiempo que los que fueron en camioneta, salimos juntos, fuimos juntos y llegamos juntos. Como siempre, la bici es excelente opción, sobre todo cuando se puede disfrutar de buen clima y de paisajes pueblerinos que no tenemos en las ciudades.

Después hice un pequeño recorrido por el pueblo (para hacer un pequeño video) y por una parte del río; me sorprendió tristemente que el río que solía atravesar a nado con mis primos cada vacaciones y en el que casi me ahogo en mi adolescencia si no es porque mi primo Beto se arrojó también al río que estaba crecido, y con corriente naturalmente, me sacó como pudo, ese mismo río donde nos aventábamos clavados está muy venido a menos; incluso hay partes donde se ven islas naturales de piedra de río en el medio del mismo, algo insólito para quienes conocimos ese río como un gran río que incluso en época de lluvias inundaba gran parte del pueblo; ahora el agua apenas mantiene la forma del río. ¡Nos estamos acabando todo!



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