Nunca he sido un fan del fútbol, de hecho no sigo los partidos ni sé quién va arriba en los torneos ni conozco los nombres de los porteros o goleadores de temporada. Sin embargo, es agradable ver a gente celebrando que su equipo se corone campeón. Tuve la suerte de encontrarme con esta demostración cuando rodaba por Reforma y no pude dejar de sentir un gusto especial al escuchar las goyas de los fans, aunque eso seguramente no es privilegio mío, le sucederá lo mismo a la gran mayoría de los demás egresados de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, que demuestra que no sólo es reconocida por sus cerebros, sino por sus deportistas, lo cual muestra que un atleta no tiene que ser ignorante por fuerza ni un cerebro no pueda ser un gran deportista.
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